Modelo Conservación Sostenible en Comunidad:
Ni modelo ni ejemplo, sino un simple aprendizaje, con los pies en el barro... La necesidad de conservación está vinculada al desafío de lograr un desarrollo más justo y sostenible. Restaurando templos de adobe y piedras en comunidades andinas, aprendimos que el valor del patrimonio está más allá de los monumentos, los museos, los expertos y el turismo. Está en los corazones de comunidades ancestrales que se esfuerzan por dejar a las nuevas generaciones los tesoros naturales y culturales heredados de los antepasad@s, para seguir caminando desde su origen y dignidad ancestral, en armonía con el medio ambiente, la Santa Tierra Pachamama. Es el Suma Qamaña o buen vivir andino, que persiste en el agradecer, cuidar, celebrar...
Cuéntanos de un tesoro, de una maravilla cultural o natural de tu paisaje o territorio. Cuéntanos de tu comunidad, que ha tenido una larga relación de cariño con ese tesoro, y que lo necesita para seguir adelante. Cuéntanos de los daños y amenazas que esté afectando la preservación de este tesoro. Ésta es la fórmula que gatilla un proceso de aprendizaje, una conservación en comunidad…
Conservar es enfrentar la pérdida de algo muy valioso, que está en el corazón de nuestra comunidad. Enfrentar esta pérdida nos exige un aprendizaje, para superar tristezas, miedos e inacción, recuperar saberes y ganar nuevas competencias. El aprendizaje patrimonial nos enfrenta a un proceso que es incierto, que tiende a fallar y que requiere de liderazgos honestos, que nos guíen, contengan y dirijan durante el proceso-viaje. Finalmente, el valor patrimonial dañado se recupera y generamos nuevo valor compartido o comunitario, que nos permite conservar nuestro tesoro con incentivos y beneficios para lograr un desarrollo + justo y sostenible.